¿Qué es eso de la política?



¿Por qué se habla tanto de la política?, ¿por qué se esconde tanto en la política?, ¿por qué los trabajadores nunca pudimos hablar de política o políticamente en la fábrica?, ¿en la Universidad?, ¿en la iglesia?, ¿en la escuela?, ¿En la familia? ¿Si cada una de esas instituciones obedecen a un diseño político, a un interés político?, ¿si cada una aplica esa política y todas son de origen político?, ¿cómo es que no podemos hablar de política?, ¿cómo es que la
política es sucia?, ¿No sirve para nada? Tal y como decimos en los botiquines, donde a lo más que aspiramos, es a decir “mi política es que si no trabajo no como” o “yo con política no como, no vivo, no hago casa, no hago deporte,
no compro carro” o “la política es un fraude” o “la política es un peo de gobierno, esas son vainas del gobierno”. Pero resulta que, mundialmente, hay una política para vivienda, una política deportiva, una política agraria, militar, para el arte, familiar, para transporte, para comida.Todo está políticamente planificado.

Entonces, ¿por qué se le tira tanto a la política? ¿Quiénes tienen interés en ese desprecio? porque si la política fuera todo lo malo que se dice que es, ¿cómo es que todos los planes políticos contra el hambre, a favor de la siembra, la cría, la salud, el deporte, la diseñan políticos organizados en instituciones estrictamente políticas, como la UNESCO, la FAO, la FIFA, la ONU, la OMS, la OIT, el FMI, la OMC, el COI? ¿Cómo es que estos señores, tan bien pagados, y dedicados exclusivamente al diseño, la planificación y la ejecución política, no son condenados? Por el contrario, plazas, avenidas, bibliotecas, estadios, calles, patio e bolas, caminos, cruceros, dispensarios, llevan nombres de políticos.

Entonces ¿por qué a nosotros los pobres siempre se nos dijo que la política era una maldición, que no era bueno ser político? A buen entendedor pocas palabras. La política es un problema de clases, son intereses de clases, diseños de clases. La clase que hace política, manda, controla, ejerce, administra, decide, planifica, ordena. En este caso, los humanos, los dueños de la guerra, los amos del capitalismo.

Históricamente, incluso desde antes de las guerras, con o sin ellas, toda cultura ha sido un diseño político, porque, en definitiva, la política pudiera ser nada más que el simple acto de conversar y ponerse de acuerdo en cómo vamos a vivir, a través de qué organización se logran los objetivos de vivir. Pero claro en la actualidad y aun antes la política fue un acto violento en donde se trabajaba y se trabaja para engañar y robar a los otros.

Entonces ¿Cómo es que, si la política es lo que ha hecho la historia, es lo que ha construido culturas, es lo que ha dirigido el arte, los oficios y las religiones, a nosotros los pobres se nos enseñó a negarla, a odiarla, a no practicarla?

Es por esto que si no pensamos, nosotros los pobres, el diseño político que nos construirá como gente, siempre reproduciremos el diseño de otro y siempre estaremos bajo la política de los humanos, de los dueños que nos someten.

Ahora, si pensamos, pudiéramos buscar la manera de completar la frase “si no trabajo no como” poniéndole “si como, ¿para qué voy a trabajar?” Lo que nos llevaría a pensar en el conuco, en la siembra colectiva, el convite, la cayapa, en la alegría de no vendernos más.
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