¿Y la Ética qué?
Un maestro no enseña, pide aumento, hace huelga y me habla de ética. ¿Cuál es su ética?
Un médico que tiene como principio “el deber está por encima del
derecho”, no cura, hace huelga y me habla de ética. ¿Cuál es su ética?
Un dueño de medio y sus periodistas deben informar, no informa, tergiversa y exige ética. ¿Cuál es su ética?
Un empresario debe pagar seguro social, impuestos, salario justo, paro
forzoso, producir calidad y vender sin especular, perohace exactamente
lo contrario, aún así me exige ética. ¿Cuál es su ética?
Un
funcionario cobra por prestar un servicio a la comunidad (militar,
bombero, policía, secretaria, ministro, etc.), no lo presta y encima
crea oficina paralela para cobrar doble, pero se desgañita exigiendo
ética. ¿Cuál es su ética?
Los políticos ofrecen, prometen, no cumplen y exigen ética.¿Cuál es su ética?.
Por primera vez en este conglomerado de casi 25 millones de personas se
discute. Todos tenemos el derecho de hablar, plantear, discutir como
mejor nos de la gana, hasta el extremo de faltar (como ha ocurrido) a
las más elementales normas de cortesía.
Todos podemos tener una posición, una visión, una misión. Cada uno querrá imponerla, eso no es criticable, rechazable,
ni se debe esconder tras falsas posturas de imparcialidad como
pretenden algunos grupos o medios de comunicación, porque nos estamos
descubriendo, lo que salta a la vista no es precisamente nuestras
virtudes, sino que estas son opacadas con nuestras miserias,
manifestadas con fuerza en las élites dirigentes que han mantenido a
esta mina simulando país.
Durante mucho tiempo esta discusión
se mantendrá, no porque alguien en particular lo quiera, sino porque la
situación de indefinición que se arrastra obliga.
Todos debemos
acostumbrarnos a estas discusiones, algunos la querrán desde la miseria
que da defender intereses y privilegios que están por encima de país,
otros la darán desde la perspectiva de cambiar; en ambos sentidos
siempre habrá segundas y terceras discusiones hasta que consigamos
construir el país que soñamos. Pero en cualquiera de los lados que
estemos, hay algo íntimo que no podemos discutir con nadie, que no
podemos pedir a nadie y eso es: ¿Qué ética me ha de regir tanto en la
discusión como en la propuesta? Porque esa será en definitiva, la ética
que ha de orientar nuestros pasos en la construcción del País.
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